La boquita sucia de Iris
En esta ocasión quiero expresar mi opinión sobre un asunto
que de seguro pasará inadvertido: el insulto que la ministra de Servicios
Penitenciarios le profirió al candidato Capriles Radonski, el 10 de marzo,
horas después de que éste anunciara su candidatura a las elecciones de transición.
Cito el insulto colocado en la cuenta de twitter de la ministra:
“#caprilesmiserable
Te daremos nuevamente una histórica paliza para que aprendas a respetar al
pueblo! Drogadicto de mierda”.
Pues bien, cualquiera de ustedes dirá que ese “Drogadicto de
mierda” es una flor en comparación a la barbaridades que se puede encontrar
entre las publicaciones del twitter de la ministra; y quizá nadie se sorprenda
porque, como es bien sabido, ese estilo vulgar, deslenguado e irreverente, es
el que ha hecho que esta ciudadana tenga gran parte de sus seguidores. Pero
este no es un insulto cualquiera, tiene un contexto que debemos analizar concienzudamente.
Esta es mi opinión: el lenguaje es una manifestación de la
racionalidad humana. Su función es la de sintetizar el pensamiento de modo que
sea comunicable a los semejantes; por tanto, a menos que se sea idiota – es
decir, que se tengan problemas cognoscitivos o mentales-, existe una relación
directa e inseparable entre lo que se dice y se piensa.
Evidentemente nuestra ministra no tiene ninguno de estos
cuadros mentales y por consiguiente lo que dice es la manifestación directa de
lo que piensa, de lo que según ella es la realidad de las cosas, su apreciación
del mundo palpable manifestada por medio de su lenguaje. Ahora bien, que el
candidato Capriles consuma drogas no es el meollo del asunto. Quien escribe no
puede asegurarlo ni negarlo, y siendo realistas y completamente objetivos, es
probable que así sea, pues muchos políticos de la historia contemporánea (Kennedy
por ejemplo) han sido consumidores de algún tipo de sustancia psicotrópica. Repito,
que Capriles sea drogadicto no es el objeto de análisis.
Lo que si es necesario analizar es que la Ministra de Servicios Penitenciarios
agregue descarnadamente el adjetivo “de mierda” al término “drogadicto”. ¿Por
qué esto es grave? Muy sencillo, como se afirmó anteriormente, el lenguaje es
la manifestación del pensamiento, de la forma que percibimos las cosas; y
sucede que el ser humano trata las cosas en función de la idea que se hace de éstas.
Si por ejemplo alguien dice “la basura asquerosa” es porque sus sentidos sienten
asco al percibir la basura y en consecuencia querrá desecharla. Si alguien dice
“la inocencia de la infancia” es porque percibe que los niños son inocentes y
por tanto querrá protegerlos. En consecuencia, si alguien dice “Drogadicto de
mierda” es porque considera que las personas que consumen drogas son “de mierda”,
es decir, execrables, despreciables, asquerosas, infames, indignas; y que con
ellos debe hacerse lo que se hace con el excremento: se le desecha.
Que lo diga un ciudadano común y corriente es lamentable y
demuestra la baja cultura y comprensión de los problemas sociales por parte de
nuestro pueblo; pero que lo diga la
Ministra de Servicios Penitenciarios es una atrocidad, porque
es necesario preguntarnos precisamente ¿Qué hay en nuestras cárceles? ¿Qué
clase de ciudadanos venezolanos cumple condena en nuestros centros
penitenciarios? Pues bien, en nuestros centros penitenciarios hay todo tipo de
criminales: violadores, ladrones, corruptos, narcotraficantes, entre tantos; y
la realidad es que en un alto porcentaje de estos, de una u otra manera, están
relacionados a la droga, bien sea porque la consumen o porque la trafican. De hecho,
gran parte de los crímenes se comenten bajo efectos de algún tipo de droga.
Eso quiere decir que, desde el punto de vista de la ministra
estos ciudadanos que se encuentra reclusos en nuestras cárceles son ciudadanos “de
mierda”; y quizá en su mente considere que se les debe tratar como tal. Esto
quizá explica el estado de anarquía, violencia y violación de los derechos
humanos que impera en nuestras cárceles, y que ha hecho de éstas verdaderas
universidades del crimen, donde quien entra, lejos de reformarse, adquiere
nuevos y peores vicios y aprende nuevos y peores crímenes.
Para solucionar este problema social el primer paso debería
ser que los políticos y los responsables de atender el sistema penitenciario y
de justicia entendiesen que el consumo de drogas es un grave fenómeno humano y
social, cuyas causas son diversas e incluyen desde la pobreza y la
marginalidad, hasta el nivel sociocultural y el desarrollo espiritual de
nuestro pueblo. El primer requisito para formar parte de la solución debería
ser el considerar que los drogadictos no son “de mierda”; sino que son seres
humanos igualmente dignos y que el propósito fundamental del sistema judicial y
penitenciario es el de reformar a los ciudadanos mediante acciones que
contribuyan al reconocimiento de su dignidad y la del prójimo; puesto que una
vez que el ser humano se hace conciente de su valor y de sus dones, descubre al
mismo tiempo su capacidad de ser feliz y de ser útil; y en consecuencia, su
capacidad de hacer el bien.
En conclusión, me atrevo a afirmar que el lenguaje prosaico e
indigno de la ministra es el reflejo de la concepción que ésta posee sobre tan
delicado fenómeno social; y por consiguiente, más allá de la tendencia política
e ideológica que esta funcionaria sostiene, su manera de pensar –reflejada en
su lenguaje-, la posiciona como la persona menos indicada para administrar
nuestro sistema penitenciario de nuestro país. Repito: sin importar su posición
política –esto no es un análisis ideológico-, las declaraciones de esta
funcionaria pública son una vergüenza para la Nación.
no solo el lenguaje de la Ministra Iris Varela sino el del Ministro de la Defensa Almirante Morello quien dijo que a la oposicion hay que darle en la Madre y otros insultos que prefiero no repetir ya que son una bajesa propia de un espiritu bajo y carente de valores,cultura, religion, y principios, el cargo de mininistro es uno de los mas Altos en la administracion publica deberia ser llevado con dignidad y decoro, tanto al hablar como al tratar a sus semejantes, y es una verguenza que sea llevado con tanta indignidad por unos personajes que parecen reos de la peor carcel de Venezuela.creo que la senora que barre la calle es mas delicada y mas educada.
ResponderEliminar