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Mostrando entradas de 2011

Temple Grandin en la sociedad de los falsos paradigmas

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En teoría Temple Grandin debería ser elogiada y emulada por la sociedad entera, pero en la sociedad americana de siglo pasado, el talento -esa condición extraordinaria que hace algunos especiales y sobresalientes-, en lugar de causar admiración, despertaba en el colectivo miedo o envidia. Los efectos del miedo son diversos y en términos sociológicos el más común es la discriminación. Pero el miedo es propio de la condición humana y por consiguiente es inútil reprocharlo. Hemos sido condicionados antropológicamente a preservarnos de aquello que desconocemos, como mecanismo de supervivencia de la especie y el instrumento de ese mecanismo es el miedo. Nuestro cuerpo está entrenado para alertarnos del peligro en condiciones que podría juzgarse como riesgosas; y es tanta la perfección de nuestro sistema de defensa que aquella reacción de desagrado ante olores fétidos, no es otra cosas que una evolución milenaria de nuestro sistema olfativo que nos advierte el peligro, asociando olores d

La Mejor Venezuela de Leopoldo López

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El martes 21 de junio de 2011, durante una mañana bendecida con un cielo luminoso y diáfano, Leopoldo López llegó a la Casa Sindical de la ciudad de San Cristóbal, para presentar ante los tachirenses su proyecto político llamado “La Mejor Venezuela”. Casi por azar tuve la oportunidad de asistir. Escribo estas líneas para trasmitir a quienes me concedan el honor de leer mi blog, la impresión que me causó su planteamiento político. ¿Qué es “La Mejor Venezuela”? Realmente es algo simple; Leopoldo lo resumió en tres palabras: Paz, Bienestar y Progreso. Tan simple es que hace más de cien años un tachirense, Juan Vicente Gómez, acuñó para su gobierno un lema similar: Unión, Paz y Trabajo. Aquí y en China esas tres palabras suenan bien. Ahora bien, ¿cómo piensa Leopoldo que se construye la Paz, el bienestar y el progreso? He ahí el dilema. En su discurso improvisado, sencillo y breve, utilizando un verbo conciso, que llegaba a cada uno de los presentes para que, por medio de su forma de h

El País de las Solteronas

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Para las solteronas, (definición deplorable de la mujer soltera), a quienes la soltería les ocasionas problemas emocionale:  Hago una advertencia: lo que están por leer está escrito de forma soez, agresiva, sin consideración, ni censura alguna. No está escrito para que lo lean niños, inclusive pienso que los adolescentes tampoco. Quienes me conocen saben que odio los libros de autoayuda. Me parece literatura bobalicona para gente que necesita que le digan como sentir, como pensar y como actuar. Ojo, lo malo no es que la gente necesite consejos, lo malo es que quienes escriben esos libros no tiene ni puta idea de cómo es la realidad de países tan complejos como el nuestro, con sociedades salvajes y decadentes. Sin embargo las líneas que leerán a continuación podrían considerarse como tal. Explicaré por qué: Sucede que desde que comencé a hacer el intento de escribir, he mantenido el postulado de que el artista, filosofo, poeta o escritor, se deb
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Hay mujeres que no son mujeres; son montañas impenetrables, son cuarteles inexpugnables donde su autoridad desborda por las paredes. Soberanas inmortales de los países que existen detrás de la barrera de sus ojos. Mil países. Reinas eternas de templos que desplazan, que contornean, que mueven con cada paso. Templos de nácar, de caoba, de arcilla. Templos con piernas, con brazos y caderas. Templos que son sus cuerpos infinitos. Hay algunos ojos que desbordan torrentes inabordables de luz y de magia. Cuando se les mira hay que protegerse: queda uno ensopado, chapaleando entre la maravilla de la creación. Si Dios existe, debe mirar con esos ojos de las mujeres eternas. Yo he visto algunos y de ellos me he enamorado; y cada uno de esos amores ha sido puñal, daga y veneno. Al final, he muerto y resucitado tantas veces que ya no sé determinar si estoy vivo o estoy muerto. Esos amores son un campo repleto de cruces blancas como la epifanía destellante del silencio; exactamente igual al cement

Soluciones simples para problemas complejos

Venezuela: la vía modernorum Teorizar sobre las causas de por qué somos como somos, y por qué estamos como estamos, resulta inútil y vano. Las causas, en gran parte, son remotas, incomprensibles e inabordables; y por ende es un derroche de talento y de esfuerzos que no conduce a nada. Lo que sí debemos abordar son los efectos de nuestra historia nacional. Entre ellos surgen dos que se correlacionan, se complementan y se corresponden como las dos mitades del yin y yang. Por un costado, nuestra economía, púber e inmersa en un marasmo atroz; depende de un solo producto que ha servido, entre otras cosas, para comprar conciencias y corromper voluntades. Por el otro, un país patas arriba, donde el noventa por cien de la población vive hacinado donde debería vivir apenas un decimo. Ambas circunstancias crean un tejido social orlado por el desempleo, la delincuencia, la emigración como alternativa de vida, el abandono de la producción agrícola y pecuaria y por ende, la inseguridad agroalimen

Adriana Azzi y la predicción evidente

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Acabo de leer las predicciones de la astrologa Adriana Azzi para Venezuela durante el año 2011. Antes de compartir mi percepción del asunto pido perdón de antemano a los creyentes, pues la forma en que me expreso al respecto es soez, irónica y en cierta forma insultante. Poseen toda libertad de no leerlo. Confieso que dieron conmigo por azar y que los leí por mera curiosidad y con una predisposición de burla. Llegaron a mí como llegan todas esas cadenas de literatura mediocre, mensajes de auto ayuda y cursilerías cristinas; mensajes con citas de Paulo Coelho con fondo de fotos de gatitos o mensajes con fotos de santos y citas de la biblia, y en los que al final te amenazan con cosas terribles si no los reenvías. Yo, que me declaro profundamente ateo, al punto de no creer ni en mi propia sombra, considero todo tipo de predicción, adivinación o revelación celestial es banal, ridícula y hasta inocente. Realmente lamento que esa necesidad natural de creer que tiene el hombre, y que yo no