La condición sagrada de ser venezolano
Nuestra Nación,
nacida bajo el ideario de hombres libres y de buenas costumbres -Miranda, Bolívar,
Sucre, entre tantos-, inspiró sus fundamentos supremos en el lema “Libertad,
Igualdad y Fraternidad”. La idea primaria que unificó la lucha de esos hombres
y mujeres heroicos, fue que, la Nación
Venezolana y su Estado independiente, soberano y libre de
toda tiranía, tenía sentido únicamente cuando servía para reconocernos los unos
a los otros como iguales, como partes reciprocas e integrantes de un espíritu
superior que nos hermanaba, que nos hacia hijos de la misma madre, participes
del mismo sueño, forjadores de la misma causa. Ese espíritu, esa madre, ese
sueño y esa causa se llamó para siempre Venezuela.
Dos siglos después
aún vibramos ante su nombre y en nuestras venas portamos el fuego libertario
que nos unió y solidificó como un solo pueblo, como una Nación de sueños y
ciudadanos nobles y justos. Todos los venezolanos, de una u otra forma, somos
patriotas, somos hijos al servicio de la patria y en nuestros corazones
anhelamos la misma Liberta, Igualdad y Fraternidad que inspiró a nuestros
próceres.
Debemos entender
que nuestra Nación no tendría sentido si no es para reconocernos como hermanos,
como partes iguales; para reconocer la dignidad propia y la del prójimo, y para
entender que, sobre todas las diferencias que puedan existir entre los seres
humanos, el titulo de “venezolano” las equipara, la difumina y nos hermana.
Nosotros, los
venezolanos, de cualquier ideología, raza, creencia, orientación, somos el
legado del ideario de esos grandes hombres y debemos ser consistentes a ello.
No podemos concebir la política como una actividad para agredirnos, para
insultarnos, para desconocernos en nuestros derechos y en nuestra dignidad.
Nosotros,
seguidores de Bolívar, debemos recordar que en 1813, cuando nuestro Libertador,
por la dificultad de las circunstancias, se vio obligado a dictar el Decreto de
Guerra a Muerte, estableció lo siguiente: “Españoles y canarios contad con la
muerte, aun siendo indiferentes, si no obráis activamente en obsequio de la
libertad de América. Americanos, contad con la vida, aún cuando seáis
culpables”.
El titulo de
venezolano, de americano, nos confiere el derecho sagrado de ser respectados en
nuestra vida, en nuestra dignidad, en nuestros bienes, en nuestro pensamiento.
Para nuestro Libertador, el simple hecho de haber nacido en esta tierra, nos
confería el titulo más soberano de todos, al que debemos mayor respeto: el de
ciudadanos americanos y venezolanos.
Compatriotas
oficialistas, compatriotas opositores, los sucesos actuales de nuestro país nos
han llevado al insulto, al desconocimiento, a la agresión. ¡Basta de
agresiones! Se puede ser adversarios de una idea, de un proyecto, de una tendencia
política; se puede incluso enfrentar activamente a nuestros contrincantes en la
política, pero lo que no se puede es devorarnos con crueldad entre venezolanos.
De uno y otro
sector nos hemos insultado, nos hemos ofendido y hemos utilizado los adjetivos
más crueles e indignos con la intención de destruirnos como enemigos. ¡Basta
ya! ¡No somos enemigos! Somos contendores de la lucha democrática. Nuestra
clase social, nuestra ideología, nuestra religión, nuestra orientación sexual,
son nada en comparación del titulo de americanos, ante el título sagrado de venezolanos.
Si las herramientas
de tu líder en la política son el insulto, el despotismo, el irrespeto;
aborrécelo y apártate de su senda. Otros habrá en tu facción que sean justos,
nobles y no por ello menos fieles a tu ideología.
Si el político que
elegiste utiliza el poder para desconocer el derecho de un grupo de venezolanos
que no piensan igual que tú; repróchale activamente y exígele justicia y
cordura; y no te alegres ni aplaudas esas acciones aun cuando sean dirigidas a
tus adversarios; pues si hoy celebras el despotismo y la tiranía hacia ellos;
estás dando vía libre a que el despotismo y la tiranía se ensañen contra ti, si
llegases a diferir en tu pensamiento mañana.
Y créeme compatriota,
en un pueblo libre como el venezolano, siempre hay motivos para cuestionar la
autoridad y la acción de los políticos. El pueblo noble, legado de Bolívar, no
es un pueblo de borregos que aceptan sin cuestionar. Por el contrario, es un
pueblo inteligente que sabe apoyar las causas justas y oponerse decididamente
ante las injustas.
Rechazo
contundentemente la negativa del derecho de palabra a que fueron victimas
algunos diputados venezolanos por parte del presidente de la Asamblea Nacional.
Ninguna diferencia ideológica puede ser mayor que el derecho que asiste a esos
ciudadanos que fueron electos democráticamente para representar a su pueblo, de
una u otra facción.
Si tú, compatriota
oficialista, te alegras de ello, te pido que reflexiones; pues mañana será a ti
a quien, por el simple hecho de pensar diferente, se le nieguen los derechos
que te pertenecen y que son incuestionables. Esa vía solo conduce a la
destrucción de lo que justifica la existencia de nuestra Nación: la justicia.
Y tú, compatriota
opositor -que has sido testigo de la injusticia con que se obra en contra de
algunos venezolanos-, que el despotismo y la opresión no suscite el odio en tu
corazón; sino que esas acciones injustas aviven en él el fuego sagrado de la
justicia y en tu mente retumben cada día, con mayor fuerza y profundidad, las
palabras que inspiraron a nuestros próceres y que hoy te inspiraran a ti:
Libertad, Igualdad y Fraternidad.
Las palabras pata
en suelo, mugroso, chusma, ignorante; o aquellas como escuálido, apátrida,
pitiyanqui, sifrino, majunche, entre tantas otras que los venezolanos hoy día se profesan
de bando a bando, bórralas de tu vocabulario si son para referirte a un hermano
venezolano. Si no lo haces, si no entiendes la necesidad que tenemos de
respetarnos para que esta Nación exista libremente, entonces las luchas de
nuestros próceres y los doscientos años de esfuerzos y heroísmo habrán sido en
vano.
¡Libertad, Igualdad
y Fraternidad!
Lo que estamos viviendo es propio de la Dictadura castro Comunista en donde no se tiene respeto a la dignidad humana, al libre pensamiento,no hay libertad ni en el acto de votacion(por los votos asistidos),no hay la libertad de prensa (el cierre de RCTV), no hay elecciones libres y limpias donde hay igualdad entre las partes sino que todos los recursos del Estado estan para satisfacer al nuevo Dictador, con Cadenas interminables para decir que hablo con un pajarito que resulto ser Chavez y que en sus trinos pudo escuchar la arenga de vamos a la batalla por la Victoria, y cualquier ridiculez que se le ocurra , para insultar a la oposicion , descalificar, y ahora el CNE pretende hacer una farsa de auditoria en donde no se quiere revisar las papeletas(los votos) uno a uno. para saber que estamos ante un fraude basta con que no quieran hacer reconteo de Votos, pero en 1998 el candidato Arias Cardenas gano la gobernación del Zulia por un reconteo de votos, quiere decir que solo hay Justica para los candidatos del gobierno?la division en la que estamos actualmente ha sido propisiada por el oficialismo, con la lista de Tascon y todas las discriminaciones a las que hemos sido sometidos, para obtener una credito en el banco Bicentenario o en el antiguo Banfoandes hay que estar inscrito en el PSUV. para obtener una beca de alguna Mision hay que usas la franela roja, y para tener un cargo en la administracion pública no se puede pensar distinto, y para pertenecer a los Concejos Comunales tambien hay que pertenecer al PSUV.y la negativa del derecho de palabra a los Diputados de oposicion en la Asamblea nacional es el vivo ejemplo de lo que estamos viviendo, que hasta el Diputado Julio Borges fue golpeado y el diputado William Davila fue herido en la Cabeza con un microfonazo que lanzaron desde el presidio. que clase de Asamplea es esta( propia de la epoca Fasista en la Italia de Musolini), el Parlamento aqui y en Pekin es para parlar no para agredir a los que piensen diferente, hay que reflexionar.
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