Los Visionarios y la incertidumbre del futuro

Enfrentar el futuro es como enfrentarse a una tormenta en una barco de vela, en medio de una noche sin luna: se está a la deriva. Acobarda a cualquiera, petrifica de miedo y hace fracasar a los cobardes y a los débiles. Esto es así pues el futuro es incierto y esa incertidumbre es, aunque reducible, imposible de erradicar. Precisamente la incertidumbre del futuro es consecuencia de nuestra propia naturaleza creativa, que hace que el futuro no sea un por venir sino un por hacer, es decir, que lo hacemos a cada momento. Nadie puede conocer el futuro pues éste cambia a cada instante en función de la capacidad del hombre de emprender y de crear. El ejemplo para entender este planteamiento es la evolución vertiginosa de la tecnología. Hace veinte años nadie sabia lo que era un teléfono celular, pero hoy día nuestra vida depende, de alguna forma, de su utilización y de las posibilidades que estos nos ofrecen.

Nuestra acción creativa transforma el futuro minuto a minuto, unas veces para bien y otras para mal; así que la incertidumbre del futuro es producto de nuestra propia naturaleza humana, creativa y empresarial. Negar nuestra naturaleza conlleva graves consecuencias; pues nos hace aferrarnos a falsas expectativas, exigiendo certidumbres y seguridades donde no las puede haber; confiando nuestro futuro a gobiernos que prometen solucionarnos la vida cuando tal cosa no es posible, a ideologías que nos manipulan, a sectas que nos engañan y a charlatanes que nos adivinan el futuro con las cartas, con bolas de cristal y otras tantas pamplinadas inútiles. Aquella necesidad de encontrar falsas sensaciones de seguridad, son una revelación contra nuestra esencia creativa y contra la concepción de que nuestro futuro está por hacerse y no predestinado; y es lo que nos mantiene indefinidamente inmaduros, sin asumir nuestras responsabilidades, queriendo que nuestros problemas nos los resuelva otro y echando la culpa de lo que nos pasa a otro; tal como la canción que dice "Yo soy rebelde porque el mundo me hizo así"; sin permitirnos ser hombres de verdad, sino seudo varones acostumbrados a la irresponsabilidad y la pusilanimidad.

Afortunadamente tenemos dos medios para enfrentarnos a la incertidumbre del futuro. El primero de ellos es nuestra propia acción humana, que nos permite acercarnos a nuestro sueños. Es lógico, reducimos la incertidumbre sin nos encaminamos hacia un propósito especifico y movilizamos para ello todo nuestro ser. Es decir, si nos proponemos algo, nos acercaremos a ello cuanto más nos esforcemos; mucho más que quedándonos de brazos cruzados a esperar que otros actúen en nuestro lugar. Si usted quiero lograr algo en la vida hágalo usted, luche y sacrifíquese, pues nuestra acción es el faro que nos muestra la dirección de la playa en medio de esa tormenta atroz.

 El segundo elemento lo constituyen nuestras instituciones, las cuales son todos aquellos esquemas de comportamiento pautados que nos permiten interactuar como sociedad y desarrollar nuestras habilidades para actuar. El idioma, la moneda, el Estado, la Ley y el derecho, la iglesia, la FAMILIA y otras tantas, son instituciones que nos permiten disminuir la incertidumbre del futuro, creando un clima de estabilidad desde el cual es más sencillo actuar en post de un objetivo. Atentar contra nuestras instituciones multiplica la incertidumbre, bloquea la creatividad y genera que nuestra sociedad no pueda alcanzar la prosperidad, el orden y la justicia, sino el caos, la anarquía y la crisis.

De acuerdo a lo anterior, atentar contra nuestras instituciones, especialmente contra nuestras familias, y dejarnos arrastrar por la inacción, ser pusilánimes, deben ser las peores formas de pecar contra nuestra propia naturaleza humana y por tanto contra Dios mismo.

Los hombres de verdad, los visionarios, luchan y se esfuerzan para lograr sus sueños, crean por medio de su acción humana que es capaz de enfrentarse a las adversidades de la vida, aman a su esposa y respetan a su familia, obedecen la constitución y las leyes, y son humildes soldados al servicio de Dios.

En conclusión, para luchar por nuestros futuros: instituciones y acciones, nada más.

Escríbenos a visionariosvenezuela@gmail.com

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